Gatillazo en el paso del Tour por Dinamarca

Yves Lampaert, en el Tour de Flandes.
Yves Lampaert, liderando al pelotón en el Tour de Flandes.

Pese a una contrarreloj a modo de prólogo que fue divertida, movida, con toda la emoción que puede ofrecer una jornada así, el paso del Tour por Dinamarca ha sido un bajón. Mucho público, mucha celebración, incluso condiciones que invitaban al optimismo y al movimiento entre los equipos destinados a desbancar a Tadej Pogacar de su trono de favoritísimo. Pero de lo que viene a ser lo importante, del ciclismo, nada de nada. Absolutamente nada. En la segunda etapa el viento no fue un factor aprovechado por los equipos, y más de lo mismo ocurrió en la tercera.

Expectativas, en fin, que no se cumplen, tónica habitual del ciclismo moderno. Ahora se viene otra semana donde parece que el contexto existe —cotas tipo Flandes y tipo Ardenas, adoquines por territorio de la París-Roubaix, incluso media y alta montaña—, pero donde existe la duda de si algún enemigo del esloveno pasará al ataque. El consuelo que queda, eso seguro, es que Mathieu van der Poel y los demás guerrilleros del pelotón pasarán al ataque en una semana que parece hecha para ellos. Los esperamos con ansia.

Danish days are over

Parafraseando aquella gran canción de Florence and the Machine, The Danish days are over. Y menos mal, porque menudo peñazo de días. Todo pintaba mejor el primer día de este Tour de Francia 2022, viernes 1 de julio, con la contrarreloj inicial de 12 kilómetros por las calles de Copenhague. Los meteorólogos se confundieron, las estrellas salieron cuando no tenían que salir y pillaron los momentos de más lluvia y la cosa quedó en una batalla entre Tadej Pogacar, Pippo Ganna y Wout Van Aert para ver quién batía por más el tiempo de Mathieu van der Poel.

Sorpresa: acabó ganando Yves Lampaert, el chico de campo belga que se acabó por beneficiar de la mejora de las condiciones climáticas. Lo cierto es que poco más se podía pedir. Primoz Roglic y Jonas Vingegaard también cumplieron para el Jumbo-Visma, incluso Geraint Thomas y Adam Yates hicieron lo primo para el Ineos. Llegaban luego, para el fin de semana, dos etapas moviditas. Que podían generarle algo de nerviosismo al favoritísimo Pogacar de cara a llevarse su tercer Tour consecutivo. Pero no.

Sprints y poco más en el primer finde del Tour

Porque la segunda etapa, la que se esperaba podía ser el comienzo de las hostilidades en este Tour, se quedó en un paseo azuzado por el viento. Esas mismas rachas de aire que se esperaba pudieran cortar al pelotón en cierto momento, provocando abanicos, caos, pérdidas de minutos entre los favoritos, nunca tuvieron lugar. Ineos Grenadiers, Jumbo-Visma y Bora-Hansgrohe, quizás los equipos con más papeletas para desbancar a Tadej Pogar y al UAE, no estuvieron cerca de intentarlo. Todo acabó en un sprint. Y ahí se impuso Fabio Jakobsen.

A falta de espectáculo ciclista, Magnus Cort Nielsen, en su casa, disfrutó durante esa etapa y la del día siguiente de ser el primer maillot de la montaña en este Tour. Y es que el tercer día de Grande Boucle dejó las mismas sensaciones de gatillazo. Había viento y había terreno, pero, otra vez, carrera al sprint. Jakobsen perdió esta vez la estela del treno de Quick Step comandado por Morkov y Van Aert pareció llevar la delantera, pero hizo segundo, igual que los dos otros días. Al final, Dylan Groenewegen se impuso por un centímetro.

Lo que se viene en el Tour

Ahora, el Tour viaja ya por fin hacia su país, hacia Francia, donde todos, al menos los aficionados, esperamos que alguien intente agitar el árbol. Terreno para ello hay, eso desde luego. Los primeros días están abonados para los clasicómanos. El martes 5 de julio, con un terreno propio de clásica a través de casi 180 kilómetros por el norte de Francia, y el jueves 7 con un perfil tipo Lieja-Bastogne-Lieja por las Ardenas y 217 kilómetros.

Pero, quizás, la joya de esta primera semana es la etapa del miércoles por territorio de la París-Roubaix: adoquines y presión para los candidatos a la general. Veremos si aquí sí alguien pone a prueba a Pogi, porque la última vez que el Tour pasó por allí, en 2014, la cosa tuvo su miga. El por aquel entonces gran favorito, Chris Froome, se cayó, y Vincenzo Nibali comenzó a cimentar lo que sería su única victoria final en los Campos Elíseos.

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Tras el acercamiento al Infierno del Norte, ya para el fin de semana, quedan tres etapas de montaña y media montaña. La conocida Plache des Belles Filles hará su aparición, también los primeros indicios de los Alpes por territorio suizo. Y, pese a todo, en este ciclismo moderno de aguantar y no arriesgar, es probable que sean menos cruciales que la del adoquín tipo Roubaix.

La apuesta por los clasicómanos

De cara a esta primera semana de Tour propiamente dicho, sin el paseo militar que supuso la Grande Boucle en Dinamarca, puede que lo más inteligente sea apostar por corredores con perfil de clasicómanos. Por ejemplo, corredores como Valentin Madouas, Tim Welles, Thomas Pidcock, o el propio Magnus Cort Nielsen. Que ganen una etapa en este Tour de Francia, en la casa de apuestas Bwin, se paga a cuotas de entre 4 y 6 euros dependiendo de caso concreto.

Ellos, junto el consumado animador Mathieu van der Poel —por el que, en Bwin, no han abierto todavía ese mismo tipo de apuesta—, son los llamados a dar algo de espectáculo en esta primera semana de Tour.

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