La historia reciente de la NBA no se puede escribir sin mencionar a los Golden State Warriors. Durante una década, el equipo de San Francisco redefinió el baloncesto moderno con su estilo de triple y velocidad. Sin embargo, el tiempo no se detiene ni siquiera para las leyendas. La temporada 2025/26 podría ser la última gran oportunidad de Stephen Curry para levantar otro trofeo Larry O’Brien y cerrar su legado con broche de oro.
Los Warriors ya no son los favoritos en las casas de apuestas, pero eso no significa que estén fuera de la conversación. Su cuota para ganar el Campeonato de la NBA ronda los +2500, ubicándolos en la séptima posición en las predicciones del Oeste. A primera vista, parece que su ciclo dorado ha terminado. Pero si algo nos enseñó esta franquicia es que nunca hay que subestimar el corazón de un campeón.
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Stephen Curry: el alma eterna del equipo
A sus 37 años, Stephen Curry sigue siendo uno de los jugadores más influyentes de la liga. Su promedio de 25 puntos por partido la temporada pasada fue prueba suficiente de que aún tiene combustible en el tanque. Más allá de los números, Curry sigue siendo el motor emocional y táctico del equipo. Su presencia en la cancha cambia la manera en que se defiende cada rival: todavía atrae dobles marcas, todavía genera pánico cada vez que cruza la mitad de la pista con el balón.
No obstante, la clave estará en cómo logre mantener su ritmo físico a lo largo de la campaña. El tendón de la corva que lo marginó en los últimos playoffs sigue siendo un recordatorio de que cada esfuerzo extra podría costarle caro. Los Warriors, conscientes de ello, han planificado una temporada más controlada para su estrella.
Jimmy Butler: la pieza que puede cambiarlo todo
La llegada de Jimmy Butler III fue un golpe estratégico. Si bien muchos dudaron de su encaje con el estilo ofensivo de los Warriors, Butler aportó carácter, defensa y liderazgo en los momentos decisivos.
En media temporada con Golden State, el equipo registró una valoración neta de +9.2, lo que los colocó entre los tres mejores conjuntos de la liga durante ese tramo. Con Curry lesionado, Butler asumió el mando en varios partidos, demostrando que todavía tiene el fuego competitivo que lo llevó a brillar en Miami.
Para los apostadores, el dúo Curry-Butler es una combinación que puede ofrecer valor en mercados de largo plazo.
La experiencia: un arma de doble filo
Golden State podría entrar en los libros de historia esta temporada por una curiosa razón: si Buddy Hield, Draymond Green, Al Horford y Jimmy Butler acompañan a Curry en el quinteto titular, el equipo alinearía a cinco jugadores mayores de 33 años, algo nunca visto en la historia de la NBA.
Esa veteranía tiene dos lecturas. Por un lado, representa madurez, conocimiento táctico y temple. Por el otro, plantea interrogantes sobre resistencia física y velocidad ante rivales mucho más jóvenes como el Thunder o los Rockets.
No obstante, los veteranos de los Warriors ya han demostrado que saben cómo manejar los tiempos de una temporada larga. Draymond Green, aunque ya no tiene la explosividad de antaño, sigue siendo un ancla defensiva y un líder vocal. Horford, por su parte, añade inteligencia posicional y tiro exterior, una combinación que complementa perfectamente el sistema ofensivo de Curry.
La química y la continuidad: un valor poco medido
Uno de los factores más subestimados en las predicciones de la NBA es la continuidad de plantilla. Golden State conserva a 12 de sus 13 jugadores principales de la temporada pasada, algo casi inédito en una liga tan dinámica. Esa estabilidad podría marcar la diferencia en los primeros meses de competición, cuando otros equipos aún estén ajustando piezas nuevas.
El técnico Steve Kerr, consciente de la presión mediática, ha decidido apostar por un esquema más versátil. Su plan pasa por minimizar el desgaste y potenciar el movimiento de balón. En los entrenamientos de pretemporada, se ha observado un enfoque más coral, donde jugadores secundarios como Moses Moody y Gary Payton II tienen roles ampliados.
Si logran mantener esa cohesión y evitar lesiones, los Warriors pueden volver a ser una amenaza silenciosa en el Oeste.
El factor Al Horford: un fichaje subestimado
La llegada de Al Horford desde Boston ha pasado desapercibida en los grandes titulares, pero su impacto podría ser monumental. Horford no solo aporta experiencia y defensa interior; su capacidad para abrir la cancha con triples es exactamente lo que Curry necesitaba en el pick and roll.
Desde la temporada 2012-13, ningún pívot de los Warriors había superado los 75 triples en una campaña. Horford puede alcanzar esa cifra fácilmente, lo que obligará a las defensas rivales a extenderse y dejar más espacio a los tiradores exteriores.
A nivel de apuestas, su incorporación también cambia el panorama: los Warriors podrían convertirse en una opción de valor en mercados de over/under de victorias totales, actualmente fijados en 43.5 triunfos. Si el núcleo veterano se mantiene sano, el “over” tiene bastante sentido.
El desafío del Oeste: un campo minado
Más allá del talento propio, el verdadero obstáculo para los Warriors es la profundidad del Oeste. La conferencia ha alcanzado un nivel competitivo histórico.
- Oklahoma City Thunder, liderado por Shai Gilgeous-Alexander, es el gran favorito tras conquistar el campeonato anterior.
- Denver Nuggets, con Nikola Jokić en plenitud, sigue siendo una máquina perfectamente aceitada.
- Los Angeles Lakers enfrentan el ocaso de LeBron James, pero siguen siendo peligrosos.
- Minnesota Timberwolves apuestan todo al crecimiento de Anthony Edwards, aunque su dependencia en veteranos podría pasar factura.
- Los Clippers, en cambio, son una incógnita: mucho talento, poca salud y un vestuario lleno de interrogantes.
En este contexto, cualquier error puede costar caro. Pero también significa que la experiencia de los Warriors podría ser un factor diferencial cuando lleguen los playoffs.
Las claves tácticas del renacimiento Warrior
Steve Kerr ha trabajado para reinventar la identidad del equipo sin renunciar a sus raíces. El objetivo es reducir el volumen de triples forzados y mejorar la eficiencia defensiva en transiciones.
El plan táctico se basa en tres pilares:
- Mayor movimiento sin balón, con sistemas diseñados para liberar a Curry y a Hield en el perímetro.
- Defensa en zona mixta, para proteger las piernas veteranas sin perder intensidad.
- Uso inteligente del descanso, rotando a Curry y Butler para que lleguen frescos a abril.
En la pretemporada, Golden State mostró una mejora notable en su rating defensivo (108.3), el mejor entre los equipos veteranos. Si logran sostener ese nivel, podrán competir con cualquiera en una serie de siete partidos.
¿Vuelve el rugido de la Bahía?
Las apuestas están en contra, las piernas pesan más y los años no perdonan. Pero los Golden State Warriors todavía tienen algo que muchos equipos jóvenes no poseen: orgullo, memoria y hambre de victoria.
Con un Curry motivado, un Butler decidido a probar su valía, y un grupo de veteranos dispuestos a exprimir cada gota de talento que les queda, esta temporada puede ser el último baile de una dinastía que cambió para siempre la historia de la NBA.
Y si algo nos enseñaron los Warriors, es que mientras Stephen Curry siga en la cancha, nunca se puede descartar la posibilidad de la gloria.
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