Han pasado dos semanas de Giro d’Italia, y las noticias destacadas son pocas, al menos por ahora. Mucho sesteo, alguna que otra batallita entre ciclistas cazaetapas, el duelo entre Girmay y van der Poel, favoritos que se van cayendo y solo una esperanza: que la guerra se desate en la tercera y última semana de carrera. Ahí, como siempre, la esperanza para dinamitar todo es Mikel Landa. El vasco ya ha avisado de que estas últimas etapas de montaña están hechas para él, y el Giro quiere subirse también al barco del landismo.
De las seis etapas que restan, cuatro se adaptan a la perfección a las piernas del líder del Bahrain-Victorius. La del martes 24 de mayo, con subida al Mortirolo y final en Aprica. La de la jornada siguiente. Una que incluye una expedición por Eslovenia el viernes 27 de mayo, y la traca final del sábado 28 con final en el mítico puerto de la Marmolada. Tras todo esa ingente cantidad de recorrido montañoso, perfecto para las características de Landa, la esperanza del ciclismo español en este Giro espera llegar con la suficiente renta a la crono final del domingo. ¿Con renta para qué? Eso es lo que está por ver.
Casi todo el espectáculo, por llegar (o eso se espera)
El Giro d’Italia es una carrera que suele dejar todo su espectáculo para la tercera y última semana, pero en la edición de este año esa tendencia se ha exagerado. Y no solo por culpa del recorrido. Aunque ha habido etapas propicias para hacer daño de cara a la clasificación general, los favoritos han preferido no abrir fuego. Si la primera semana de Giro fue la de la calma chicha, la segunda ha sido la de la frustración para los aficionados: salvo la etapa del sábado en Torino, donde el Bora y Carapaz sí dieron batalla, el resto ha sido de una tranquilidad exasperante.
En cualquier caso, las excusas se han acabado, porque la tercera semana llega cargada de alta montaña. Alpes y Dolomitas esperan en cuatro de las seis etapas que quedan en la corsa rosa, todas ellas antes del cierre con una crono por las calles de Verona. Ahí será que Richard Carapaz busque mantener su maillot de líder, que Joao Almeida intente mantener las distancias fiando todo a la crono, que Jai Hindley intente confirmar su momento. Y, sobre todo, que Mikel Landa de el puñetazo encima de la mesa que todo el mundo espera. Es decir: es el momento de los escaladores, de los de verdad.
¿Un Giro de clasicómanos?
Porque, por ahora, también en la segunda semana, el protagonismo ha sido más para otro tipo de corredores. Por ejemplo, para dos clasicómanos de lujo como Biniam Girmay y Mathieu van der Poel, que ya habían dado guerra en los primeros siete días. Después de sus duelos en Napoli y en Hungría, el final en Jesi se decantó esta vez a favor del eritreo, que se convirtió así en el primer ciclista negro y africano en triunfar en una gran vuelta. Y ante la bestia MVDP, casi nada. Sin duda, uno de los momentos de este Giro 2022.
¡Vaya final!¡Vaya sprint!¡QUE BARBARIDAD!
Biniam Girmay Hailu y Mathieu van der Poel. #giro
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— Sergio Yustos Fernández (@sergioyustos_) May 17, 2022
Solo en la etapa del sábado 21 de mayo, con un circuito de lujo en torno a Torino —subidas a cimas míticas del Giro de Lombardia, como Superga y la Maddalena, incluidas— llegó el zafarrancho entre candidatos a la victoria final. Ahí, a 70 kilómetros de meta, el BORA atacó. Dejó a los líderes solos, sin ayuda. Y organizó un destrozo del que pocos salieron victoriosos. Simon Yates, porque se llevó el triunfo parcial. Hindley, porque sigue en la pelea. Y Richard Carapaz, que se llevó el maillot rosa de líder de la prueba, arrebatándoselo al gran Juanpe López.
Mikel Landa, ante su oportunidad
Ahí, en un circuito donde quizás primaba más la potencia y que se adaptaba menos a sus características, Landa sufrió, pero al menos supo hacerlo. Y gracias a ello, se mantiene a tan solo 0:59 del líder Carapaz cuando se le acerca su momento. Porque la tercera semana es su hora para agitar el avispero. Todo comenzará el martes 24 de mayo con 202 kilómetros y subidas a Goletto di Cadino, Mortirolo (aunque por su vertiente “sencilla”, muy entrecomillado) y Valico de Santa Cristina. Las etapas de miércoles y viernes que sumarán más dureza, y la traca montañosa final con San Pellegrino, Passo Pordoi y La Marmolada.
Si Landa y el landismo quieren optar a poder ganar este Giro, la oportunidad está ahí. Él ya ha dejado claro que sabe que es su momento. Y el vasco tendrá que sacar tiempo suficiente para llegar con cierto margen a la contrarreloj final, de 17 kilómetros, por las calles de Verona. Sus fuerzas dirán si llegará ahí para defender el liderato, el podio, o un quinto puesto.
Las apuestas, con Carapaz
Por ahora, las casas de apuestas siguen con el que dieron favorito en un primer momento y que, en Torino, dio su primer golpe a la general: Richard Carapaz. Además, el ecuatoriano forma junto a Joao Almeida y Jai Hindley el principal grupo de aspirantes al podio final en Verona. ¿Y qué pasa con Mikel Landa? Pues que ocupa el cuarto lugar entre los aspirantes, y que su victoria final se paga a 13 euros por euro apostado en Betsson.
¿Hay argumentos para creer en él? Pues sí. Porque como hemos dicho, el recorrido de esta tercera semana se le adapta perfectamente. Porque tiene a un gregario de súper lujo, Pello Bilbao, cerca en la general: a 1:52 minutos del líder. Y porque si el landismo quiere vivir, tiene que aparecer estos días en las carreteras del norte de Italia.